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San Luis Potosí

Degradación ecológica, degradación humana y destrucción de la sierra de san miguelito

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jueves, marzo 28, 2024

Nunca como antes en la historia de los medios de producción, en la historia de la acumulación primitiva de capital, en la historia de las sociedades de castas sacerdotales, feudalistas, precapitalistas, capitalistas y neocapitalistas, se observó un nivel depredativo de la naturaleza al grado del que en nuestros días y en realidad, desde la producción maquinizada, automatizada y que sumada ahora con tecnología digital es observable.

 

Los argumentos han sido múltiples y variados: desde aquellos que justifican la naturaleza como medio de subsistencia, hasta los que le consideran medio de apropiación «para el desarrollo». Desde la depredación de bosques con el descubrimiento de la agricultura, hasta la depredación de sistemas ecológicos públicos o privados para el «desarrollo de vías de comunicación», hasta los proyectos de polos turísticos públicos y privados, federales y estatales; industriales, de explotación minera, desarrollos urbanizadores. En fin: Todo inevitablemente  cuenta. Es como el proceso del desgaste energético expresado en calor: inevitablemente entrópico.

 

Así es a la hora del recuento de los daños a la naturaleza, desde el uso de la leña, el carbón orgánico, el carbón mineral, el petróleo, el gas, la energía nuclear, la contaminación por residuos industriales, mineros, arsénico, tintes, la explotación de minas a cielo abierto o perforación profunda por lixiviación en sus variadas modalidades, la cobertura de suelos con cementos o con asfalto u otros materiales,   e incluso la construcción individual de un mediano o pequeño inmueble, cuando sólo se concibe como tal y no en armonía con la naturaleza.

 

LA DESTRUCCIÓN ECOLÓGICA EN SERIE POR LOS INDIVIDUOS DOMINANTES

El individuo socialmente dominante casi siempre destruye, pero casi nunca reconstruye o repara el daño a la naturaleza; sobre todo en cuanto tiene que ver a su interés personal: no tiene o al menos, no emplea el código mental, el imaginario de reparación de daños a la naturaleza y a los individuos, porque esa reparación exige inexorablemente una disminución de tasas de ganancia neta de su capital y, como buen fariseo, la codicia gana en su mentalidad. Así para ilustrar estas líneas abordaremos tan sólo algunas preguntas sin escribir las respuestas, mismas que ya tiene usted amable lector, de las que ha sido enterado,  pero a las que generalmente se les niega codificación consciente:

 

¿Cuántas décadas tienen expuestos a cielo abierto los residuos minerales en nuestro estado por mineras nacionales, locales y extranjeras, en especial canadienses?, ¿En que ha consistido la restitución y reparación de daños al medio ambiente y a las personas habitantes de Cerro de San Pedro, Guadalcázar, Guasave en Villa Juárez (por citar dos recientes y una de los años 70)?. Y…¿ La Sierra de Álvarez?, y ¿La contaminación por la calificada como  «ecológica» compañía hidroeléctrica española Iberdrola en Tamazunchale, como la correspondiente a contaminación de ríos por empresas fruteras y de otros giros en la misma región huasteca, orgullosamente fuente de las culturas mesoamericanas?; ¿Qué reparación y beneficio trajo a Cerritos, además de los daños a la salud de las poblaciones cercanas la compañía Cementos Moctezuma? Y, ¿Cuál será el impacto ambiental por la nueva cementera de nombre Fortaleza, más cerca aún de la cabecera de ese municipio?; y, ¿Qué expresar al respecto de la explosividad en el crecimiento contaminante de la Zona Industrial en nuestra capital y Villa de Reyes?

 

LA SIERRA DE SAN MIGUELITO

Una cuestión que tiene tanta y aún mayor trascendencia actual es la relacionada a la Sierra de San Miguelito, por décadas zona preferencial de expansión de las empresas urbanizadoras locales y en alianza con otras constructuras nacionales; la urbanización a gran escala de las faldas de la sierra, por sí misma genera deteríodos irreversibles en aspectos relacionados con flora, fauna, microclima, clima de una región amplia y específica, cambios en la concentración de desagües de aguas de lluvia, exponiendo por tanto a situaciones de alto riesgo a zonas de la población. Acerca de estos riesgos y consecuencias es sabido en estudios certificados que llevaron al proyecto del  IMPLAN de 2003 y al abordaje de SEMARNAT en 2020.

 

Pero, parece ser que ello no logra mover aún las estructuras ancladas en los nucléos de interés relativos a la urbanización por las ganancias en juego; (no digo ya de las constructuras, consabidamente las grandes ganadoras), sino del rebaño de políticos cabilderos, que como Judas ante Cristo, venden su capacidad resolutiva en el cabildo a los intereses de las constructoras.

 

Éstos si son verdaderos fariceos de la política actual: A cambio de dinero sucio traicionan el interés general de la población (a la que ellos incluye),  expresado en la conservación y recuperación a corto, mediano y largo plazo de lo ecológicamente perdido, por la urbanización.   Al contrario de ese interés general de la población, sus decisiones pesarán en la velocidad crítica del deterioro ambiental de nuestro San Luis Potosí, ya de por sí muy agravado por una aceleración de producción sin control y sólo regida por las leyes de la ganancia la menor pérdida de inversiones y «la mejoría en la tasa de empleo».

 

Lo único seguro de la apuesta urbanizadora de la Sierra de San Miguelito son lo siguiente: 1) Las ganancias extraordinarias de las constructoras; 2) Las inundaciones de mayor volúmen y más drásticas en la ciudad; 3) Una mayor pérdida de la capacidad de recuperación del acuífero del valle, ya en 2019 descompensado en más del 70% de su capacidad, desde San Luis Potosí y Soledad de G.S., hasta Villa de Arista y; 4) Una pérdida irremediable de especies locales, endógenas de la propia Sierra.

 

¡¡¡ALTO A LA DESTRUCCIÓN IRRACIONAL DE LA SIERRA DE SAN MIGUELITO!!!

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