Las revelaciones dadas a conocer este domingo sobre la guerra sucia que ha emprendido el alcalde con licencia, Francisco Xavier Nava Palacios, no presagian nada bueno para San Luis Potosí. Su tendencia a la descalificación y actitud agresiva de él y sus seguidores en contra de quienes consideran son sus enemigos políticos, son una clara muestra de los bajos instintos que retratan a una camarilla movida por la ambición política y las ansias de poder.
La campaña de propaganda negra orquestada y financiada por Xavier Nava, puesta el fin de semana en el centro de la opinión pública por empleados del Ayuntamiento y por gente ligada al candidato de MORENA que va en búsqueda de la reelección, desnuda la realidad y los riesgos que habremos de enfrentar los potosinos en el proceso electoral que, en su nivel municipal habrá de iniciarse en tres semanas más.
Propuestas coherentes, sensatas e inteligentes que convenzan a la ciudadanía no las habrá por parte del candidato de MORENA a la presidencia municipal. A Xavier Nava a buena política no se le da y ha optado, antes de arrancar con su campaña, por ingresar al espinoso camino intencional de un ejercicio político denigrante. Gente cercana al candidato, sostienen y reconocen que anta la ausencia de ideas y falta de argumentación política, la vía fácil para frenar las aspiraciones legítimas de otros es el ataque, la denostación y el infundio.
Esa actitud patológica de Nava Palacios presenta, – sin duda alguna, riesgos de inestabilidad política y social en la capital potosina, pero más allá de su comportamiento beligerante, el candidatos de MORENA está propiciando un clima de ingobernabilidad, al parecer permisible y alentado desde los obscuros rincones del gobierno estatal que encabeza el aún gobernador del estado, Juan Manuel Carreras López, a quien conforme transcurren los días, pareciera que se le escurre entre las manos el control de su proceso de sucesión.
El sentido común más elemental, dicta que la aventura política de Xavier Nava, debiera, en teoría, circunscribirse al ámbito estrictamente municipal, sin embargo, esto no es así. Su intención y ambición no solo es lograr la reelección el 6 de junio, sino convertirse en actor principal de un proyecto diseñado para frenar las aspiraciones legítimas de José Ricardo Gallardo Cardona, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”.
Nava podrá negar, como siempre lo ha hecho, de ser el autor intelectual y financiador de la guerra sucia puesta en marcha desde hace meses, pero si nos concentramos en el contenido de algunos mensajes difundidos en medios y en redes sociales, el término “ya los derrotamos una vez y los volveremos a vencer”, es una frase recurrente de Xavier Nava en cada una de sus intervenciones públicas. Solo que aquí cabría preguntarse: ¿Fue MORENA quien gano las elecciones municipales en el 2018?, por supuesto que no.
Ahora, Xavier Nava tendrá que enfrentarse a dos candidatos con arraigo, formación política y principios sólidos. Tendrá que enfrentar al postulante del PVEM. A un Leonel Serrato Sánchez, identificado plenamente con las principales causas de la Cuarta Transformación y con los ideales trazados por el presidente Andrés Manuel López Obrador. También tendrá que enfrentar a un bien posicionado Enrique Galindo Ceballos de la coalición PAN-PRI-PRD-PCP.
Fácil no la tiene, por eso recurre a la guerra sucia, porque construir un discurso desde la posición política ambivalente que ha jugado será cosa imposible para Xavier. Si se obstina y se obsesiona en golpear al proyecto político que encabeza el candidato del PVEM-PT, Nava perderá su objetivo que es la alcaldía y, estaría corriendo el riesgo de perderlo todo, incluso, ver canceladas o sepultadas todas sus aspiraciones políticas.
