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Expectativa cumplida

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viernes, julio 11, 2025

DE FONDO

Fernando Díaz de León Cardona

Finalmente, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump se impuso. Este miércoles anunció Aranceles recíprocos para varios países del mundo. No para todos, que quede claro.

México y Canadá quedaron temporalmente excluidos y no fue por obra y gracia del Espíritu Santo, sino que los dos países que hacen frontera con los gringos se manejaron con prudencia e inteligencia.

Lo de la industria automotriz estaba demasiado cantado.

La derecha o ultraderecha, los conservadores o neoliberales del pasado, evidentemente que se frotaron las manos para que los güeros le impusieran a México, castigos arancelarios que impactarían más allá de nuestras posibilidades.

La idea central o el espíritu perverso que campeo durante estos días es que a nuestro país le fuera mal para que a la presidenta Claudia Sheinbaum le fuera también mal. Que poca madre.

Y no es que al pelo de zanahoria se le haya tentado el corazón; el hombre, -está demostrado, es firme y duro en sus determinaciones, solo que se encontró con una presidenta decidida, firme, negociadora e inteligente para retrasar las sanciones anunciadas.

Que tuvo que ceder en algunas cuestiones, pues sí, así es la política internacional y la diplomacia misma.

Todas las acciones en materia de seguridad y freno al paso de migrantes hacia la frontera norte no son casuales, seguramente fueron parte de los acuerdos y compromisos con Trump.

La extradición de casi una treintena de criminales, el decomiso de fentanilo y otras drogas, más la incautación de armas, vehículos, inmuebles e hidrocarburos, forman evidentemente parte de la negociación.

Y que bueno, México no podía hacerse pendejo ante la inminente advertencia de los Estados Unidos de un mal interno y externo.

“O me paras el tráfico de drogas, principalmente de fentanilo y me controlas la migración que cruza por tu país, o en su defecto te impongo aranceles” que estuvieron a punto de pegarle al grueso de las industrias mexicanas.

Que el presidente gringo es odioso, sangrón y mamón, eso nadie se lo quita, pero de que es un hombre bien cabrón lo es. Ya lo demostró en apenas tres meses de gobierno.

Nuestra presidenta Claudia Sheinbaum no se queda corta; y no es que se le parezca a Trump, pero de que es una mujer entrona, hábil y también canija, lo es, también lo demostró.

De que las medidas impuestas por los Estados Unidos a partir de este miércoles tendrán repercusiones, obvio que las habrá. Los países asiáticos, principalmente los chinos y los vietnamitas se pintan solos y buscarán la forma de revertir o equilibrar las sanciones.

En su discurso, Trump dio la sensación de ser un presidente defensor a ultranza de su país, y que bueno. Habrá que esperar las reacciones de la Unión Europea que igual son países poderosos.

Mientras tanto, el haber dicho que el Tratado del Libre Comercio TLC nunca debió firmarse es algo de lo que justamente presumió el gobierno salinista de haber logrado.

Por otro lado, el dicho de Trump, en el sentido de que los Estados Unidos subsidia a México y Canadá con miles de millones de dólares, no deja de ser una afirmación muy relativa, pues no debe olvidar que nuestros migrantes le dieron vida, cultura y valor al modo y estilo americano, eso el poderoso presidente no lo puede ignorar.

Hasta pronto

 

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