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PRI-PAN-PRD: Dipolares y Tripolares

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sábado, abril 20, 2024

 

Fernando Díaz de León Cardona

Existe un principio científico, y en Química Básica está demostrado que el agua y el aceite no se pueden mezclar porque su estructura molecular está asociada de manera diferente, – es decir, el agua es más densa que el aceite, sin embargo, tienen una fuerte tendencia a alinearse en grupos y esto regularmente sucede bajo la influencia de un campo magnético exterior.

En Física, también está comprobado que el magnetismo es un fenómeno de atracción o repulsión de determinados imanes. Los polos opuestos se atraen o se repulsan entre sí.  Este y el anterior ejemplo, podría ser el caso de la coalición PAN-PRI. El gran problema en este momento es: “Quien es el agua y quien es el aceite”, o “cuál de los dos tiene mayor densidad o mayor repulsión del uno hacia el otro.” Ambas teorías son preexistentes.

En el escenario aldeano, yo le agregaría un par de elementos más que bien podrían ser útiles para preparar ese buen menú compuesto de manteca, chile, frijol y pimienta. Me refiero al PRD y al PCP que regentean Xavier Nava y Oscar Vera. Esto, porque al final del día no es un tema ni de principios, ni de ideología ni mucho menos de moral pública o ética política, es simplemente conveniencia, ambición y pragmatismo burdo.

Veamos: En el PRI y en el PAN, principalmente en los municipios cercanos y apartados de la capital potosina, les está costando demasiado trabajo contextualizar y entender el por qué ahora el priismo y el panismo profundo, histórico y militante debe ceder posiciones que siempre pertenecieron a uno u otro partido. Tampoco comprenden o digieren que por acuerdos entre las cúpulas partidistas se deba sufragar por alguna bazofia que queda en el PRD.

Ni los priistas ni los panistas de las regiones más alejadas de la capital potosina que por décadas han mostrado su corazón y que se han entregado en cuerpo y alma a su partido, conciben que el primer domingo de junio tengan que salir a emitir su voto por alguien que no es de su partido. Obvio resulta que no es sencillo romper con una tradición o convicción decenaria en donde una elección de presidente municipal la entienden como algo único que le corresponde al pueblo decidir.

Antecedentes de encarnizadas y verdaderas luchas campales de panistas contra priistas existen. Solo hay que revisar en retrospectiva casos como el de Axtla de Terrazas, Ciudad Valles, Matlapa, Aquismón y Coxcatlán en la Huasteca; o en Matehuala, Real de Catorce, Cedral y Salinas en el Altiplano; Rioverde, Cárdenas, Ciudad del Maíz y el Naranjo en la Zona Media.

En la capital del estado ni que decir. Aunque aquí habría que subrayar que, quienes realmente se han confrontado son los militantes, no así sus líderes que, o son compadres, son cuñados o son consuegros, – o bien, – son socios en los negocios y privilegios que concede el poder en turno. No por nada solo 50 familias regentean las plusvalías, los negocios y la opinión pública potosina.

En algunos casos, es cuestión de recordar o remontarse o dos o tres décadas atrás donde hubo robo de urnas, ánforas embarazadas, golpes y jaloneos entre los dos bandos, candidatos baleados, presidencias municipales tomadas o incendiadas, oficinas del PAN o del PRI asaltadas y sometidas al fuego, y, uno que otro alcalde o alcaldesa que desaforaron, corrieron o que salieron por piernas porque un bando del PRI o del PAN las o los repudiaba. ¿A poco ya lo olvidaron? En fin.

A menos de un mes de las definiciones políticas para saber quién será el candidato de cada partido político o coalición al gobierno estatal, ese sentimiento popular generalizado no solo se percibe en el interior del estado, sino que comienza ya a instalarse y a expresarse de manera abierta. Si los partidos políticos creen que, adoctrinando, capacitando dictando o instruyendo a su militancia de cómo y por quién deben votar el 6 de junio, corren el riesgo de que los manden a jondear gatos de la cola a otro lado.

Tanto priistas, panistas y perredistas, no ocultan su desconfianza, desconcierto e incertidumbre. Todos muestran dudas. Es más, hay quienes han llegado a decir: “Ahora que los llevemos al poder, sean estos los del PRI para llevar al poder al PAN o los del PAN para empoderar al PRI, a ver si estos cabrones no nos dan un puntapié en el mero el cu…banito”.

Y sí, esto ha ocurrido, el caso de la capital potosina es el más claro e ilustrativo ejemplo. Cuando el alcalde Xavier Nava que llego por el PAN les dio una patada en el trasero a cientos de panistas que pensaron llegarían con el a la presidencia municipal. Y bueno….eso es lo que justamente se piensa no solo en los 58 municipios, sino también en los distritos locales y federales en disputa.

De la gubernatura, pues ni se diga…..

Hasta pronto

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