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Mujeres el sector fuerte y resistente que puede salvar al PRI.

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jueves, marzo 28, 2024

Toño Martínez

Indudablemente que si un sector del Partido Revolucionario Institucional (PRI) puede convertirse en la tabla de salvación para frenar la debacle que está enfrentando, son las mujeres cuya organización, sensibilidad, resistencia y valores humanos está absolutamente demostrado en la trayectoria que han tenido al interior del tricolor.
Esta apreciación no está fundada en sentimentalismo ni afanes gratuitos de exaltar al género femenino priista, sino que parte de análisis frío del papel que han jugado en la política partidista desde 1934 cuando nace el sector femenil en tiempos del Partido Nacional Revolucionario (PNR) antecedente del PRI.
La agrupación de mujeres retomó las demandas del primer Congreso Femenil Mexicano que tuvo lugar en 1916 en el Estado de Yucatán donde se reunieron 600 congresistas cansadas de la opresión laboral, social y ausencia de derechos de todo tipo que sufrian.
Ya en 1938 quedó institucionalizado el sector femenil y esto significó la participación política de la mujer en el PNR.
Ya transformado cómo Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1996 nace la Organización de Mujeres Priistas (OMPRI). Posteriormente la OMPRI emite una convocatoria para conformar la primera generación de la Escuela Nacional de Mujeres Priistas que tuvo una inscripción de 10 mil mujeres y produjo tal impacto que mereció ser galardonado por Red Latino Awards que es una distinción internacional.
Alentadas por ese éxito en coordinación con el Instituto «Reyes Heroles» la OMPRI convoca a la segunda generación de la Escuela Nacional de Mujeres Priistas cuyos trabajos comenzaron en el 2019.
Había ya cobrado tanta fuerza el sector femenil en el tricolor que en el 2013 el entonces Presidente de la República Enrique Peña Nieto propuso al Congreso de la Unión reformar el Artículo 41 de la Constitución Política de México así como el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) para garantizar que el 50% de candidaturas en los distintos cargos de elección popular que hubiese en el país fuera para mujeres.
La iniciativa fue aprobada por unanimidad.
Esta disposición arrojó que de las 19 mil candidaturas que hubo en el proceso electoral del 2018 el 50% fueron para mujeres.
La mujer no solamente del PRI sino en cualquier participación política y circunstancia, -hasta romántica– tiene la capacidad sobre el hombre de reponerse fácilmente de cualquier derrota y volver a ponerse de pie; su avance ha sido extraordinario en política pero irónicamente han tenido en sus propios compañeros hombres al adversario por discriminación de género, que les han impedido avanzar conforme a su capacidad, conocimiento social, visión de gobernabilidad, pero aún así vamos a citar ejemplos de mujeres de éxito en el PRI: de 1994 al ’95 por primera vez una mujer dirigió al partido a nivel nacional y fue la yucateca María de los Ángeles Moreno Uriegas; de 1999 al 2000; la Dirección del PRI estuvo al mando de otra yucateca Dulce María Sauri Riancho; le siguió Beatriz Paredes Rangel de Tlaxcala del 2007 al 2011 y de ese año al 2012 correspondió a Cristina Díaz Salazar asumir el mando.
Carolina Monrroy fue designada Presidenta Nacional en el 2016 y en 2018 la relevó Claudia Ruiz Massieu.
En esa escala de responsabilidades políticas surgieron las mujeres gobernadoras de Estado, y correspondió a Griselda Alvarez Ponce de León convertirse en la primera gobernadora, esto fue del Estado de Colima de 1979 a 1985; Dulce María Sauri Riancho gobernó Yucatán en forma interina de 1991-1993; Beatriz Paredes Rangel fue gobernadora de Tlaxcala de 1982 a 1988; Ivone Ortega Pacheco fue gobernadora de Yucatán de 2007 al 2011 (renunció al PRI fastidiada de la forma antidemocrática, autoritaria y machista de la forma como se estaba conduciendo al Partido cuando buscaba ser cabdudata a presidenta de Mexico). Luego tenemos a Claudia Pavlovich quien como gobernadora de Sonora a partir del 2015 jugó un extraordinario papel en el desarrollo de ese Estado.
Habrá que sumarle también la gran cantidad de mujeres diputadas, senadoras, regidoras, presidentas municipales y directoras de instituciones emergidas del PRI.
Tras el surgimiento del Partido Movimiento de Regeración Nacional por el efecto mariposa que produjo la figura de Andrés Manuel López Obrador ganador de la Presidencia de la República, pero más que nada por la mala dirección del PRI, tanto las mujeres como los hombres del partido retrocedieron en la conquista de posiciones políticas y perdieron las ganadas pues entre otras cosas, como ocurrió a Carolina Viggiano Austria en Hidalgo fueron víctimas de un atroz guerra sucia y la descarada intromisión del Estado de procesos electorales.
Pero las mujeres del PRI se mantienen unidas, aguerridas más que otros sectores del tricolor, y por su fortaleza están llamadas a tomar la batuta del partido para regresarlo al escenario político con vigor poniéndolo al servicio de la gente, de lo cual no cabe duda.
Hay que entender que el PRI no es un hombre sino un ente colectivo y que en la convulsión actual que tiene a su presidente Alejandro Moreno – Alito- en la mira de MORENA y de sus propios demonios internos, está la coyuntura para relevar, transformar y renovar su cimiento porque tiene aun de sustentarse en la más completa plataforma ideológica nutrida en la idiosincrasia del mexicano, y las mujeres están con la mano en alto.

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