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domingo, septiembre 8, 2024

AGUA TEPOCATERA

“Cerro Gordo” es una comunidad que se encuentra frente a la desviación  al poblado villa de reyes, prácticamente a orillas de la carretera. Ahí está el pueblo lánguido y somnoliento, como cualquier otro de tantos como hay en México. Diferencias mínimas, -vez uno y los has visto todos-. – Mismas carencias, mismas necesidades, igual jodidez- En mi infancia tuve la oportunidad de conocerlo. Mejor dicho, de estar por ahí, que es diferente a conocer. Vivir su sed, tomar de sus refrescos y sudar su calor… como todo niño hace, mi mente tomo una fotografía que guardó con todos sus detalles.

Pasaron los días, muchos, tantos que sumaron años y el tiempo, como es costumbre, alimentándose de sí mismo,  camino sin parar perseguido por fantasmas. Tan rápido corrió que cuando regrese a “cerro gordo” después de 50 años todo estaba en la fotografía de mis recuerdos y guardado bajo siete llaves, tal cual y si solo hubieran pasado unas cuantas horas

Ahí estaba la tienda con el anuncio de la coca cola, quien solo tenía un clavo de donde agarrarse, pero ahí estaba… Y la lamina del jarabe para la tos llamado 666, inalterable como maldición bíblica, bien puesto, de color amarillo y filete negro… Ahí estaban  sus callejuelas idénticas, con los piedrones a la orilla de las puertas de sus casas haciendo su trabajo de sillas inamovibles.

¡El bordo! Luciendo su presencia en el inicio del pueblo, rodeado de casas. Ancho en la parte superior para caminarlo y cruzarlo, grande el bordo de “cerro gordo” pero seco y reseco pues. En la infancia conocí el pueblo y su bordo y aun después de mucho tiempo    ”Cerro Gordo sigue sin agua” alguien debe entender que cerro gordo sin bordo solo es  medio cerro gordo, el bordo sigue siendo el referente, el poste, punto de reunión, el caifan, el faro pues… no se debe olvidar que fue construido para acaparar el agua que tanta falta hace y que no se ve por ningún lado.

Recientemente me encontré por las colonias del norte de la ciudad, concretamente en la llamada “imperio azteca” a una señora que empujaba una carretilla  en la que llevaba dos garrafones de plástico vacios, de esos que se usan para el agua purificada. Batallaba la doña, y los garrafones  por los brincos hasta se salían de la carretilla, y es que la calle, amplia,  Conocida como “camino real a saltillo” esta calle se encuentra en pleno trabajo de pavimentación

Le preguntaba a la doña que a donde iba con esos garrafones tan brincones, y es que la carretilla salía de un hoyo para meterse, bruscamente, a otro. “pos a donde ha de ser” contesto, “voy a llenarlos de agua limpia, ahí nomas adelante esta la purificadora” “ya verá que llenos no brincan”, -¿y por qué no sube unos pedazos de terrones, de esos macizos, así ya tampoco le brincan los botellones?-. Tiene razón dijo la doña y agarrando los primeros que vio los echo en la carretilla y se sentó a seguir la platica

¿Y qué? Le pregunte, ¿no llevan pipas de agua para donde usted vive? De llevar si llevan, contesto, pero es agua para lavar trastes, ropa, bañarse. -ésta por la que voy es agua de garrafón para tomar-. -El presidente Gallardo nos puso purificadoras, es gratis-…nada mas imagínese, dijo la mujerona sentada plácidamente en la carretilla.

Yo me crie en “Cerro Gordo” ahí para tomar agua, un sorbo, tenía que empujar una vaca o caballo para que al moverse dejara en la huella sumida en el lodo, un charquito de agua…hay que esperar un ratito para que medio se asiente, ya luego soplar o poner un trapo para chupar un traguito de agua. Con tierra, caca de vaca, caballo, perro o perra.

-Continuó diciendo. (Y como está señalado doy fe de que es verdad) A veces encontrabas un charquito más grande y ahí si a fuerzas tenias que poner un trapo porque si no te podías tragar un gusarapo, martillo o como nosotros les decimos “un tepocate”; ni lo sientes en la boca, ya hasta que el bulto te pasa por la garganta-.

-Por eso en todas las casas había, y debe de haber. Gente enferma del estomago. Todo por tomar agua encharcada de meses. Llena de cacas de cualquier animal y de tepocates-

-aquí en la “imperio azteca” no había bordo pero tampoco agua. Y cuando la pusieron salía sabiendo a puro fierro y hasta era de color mugroso, luego a veces salía medio lamosa  y ni con dos hervidas se le quitaba el apeste, digo, para hacerse un cafecito-.

-Gallardo mando pipas de agua limpia y nos puso agua purificada para tomar. Gratis. “voy para los cincuenta años y nunca había tomado agua tan sabrosa”… ¿y que no ve?, dijo empujando su carretilla, nunca, nunca nadie nos había hecho caso y este hombre  ya levanto todo “el camino Real a Saltillo” para meter pavimento…dijo la doña ex-comedora de tepocates.

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