TRAZOS Y SOMBRAS

Por Fernando Díaz de León Cardona

El silencio que se guardó cuando el gobernador Ricardo Gallardo Cardona dijo que había que llamar a cuentas al exgobernador Fernando Toranzo Fernández fue sepulcral. Una o dos notas fugaces se refirieron a un tema que conserva profundas raíces y consecuencias.

De entrada, no creemos que Toranzo hubiese sido un gobernador corrupto, nunca lo demostró; ni antes de ser gobernador o cuando se desempeñó en el poder ejecutivo del estado. Que otros cercanos y otras más cercanas se hayan despachado con la cuchara grande y a sus espaldas, es otra cosa.

Que el hombre como gobernante era bipolar, vengativo y rarito, pues sí. Sí lo fue cuando llevó las riendas del estado, pero pendejo nunca lo fue. Los negocios, los apretones de tuercas y las persecuciones se hacían para acalambrar, para mantener el estado de cosas y la gobernabilidad.

Él, Fernando Toranzo, en realidad, solo observaba, escuchaba, hacia como que gobernaba y dejaba pasar. Muchos hicieron pendejada y media, pero su interés era sacar adelante la sucesión para cuidar sus espaldas. La logró bien; con ayuda de otros; con habilidad y berrinches impuso a Juan Manuel Carreras que al final del día salió harto chicuelo.

A Toranzo, seguramente no le preocupa el tema de El Realito porque no fue un tema de él. Le angustia, sí, el asunto de los Invernaderos o los negocios del cuñado o de la exesposa. Que muchos funcionarios metieron las manos al cajón, también es cierto, él sabe perfectamente quienes lo engañaron.

Pero ese no es su problema, siempre se los advirtió y les dijo que enfrentarían el escrutinio público y de los órganos revisores. Claro que eso no pasó, porque Juan Manuel Carreras López se encargó de taparles todo.

En plata limpia, las preocupaciones de Fernando Toranzo son otras, porque, aunque pareciera que había miel y hojuelas entre su mandato con sectores importantes de la sociedad, con instituciones como el PAN; figuras como Marcelo de los Santos, Humberto Picharra y Joel Azuara no se la perdonan, mucho menos quienes gobernaron Soledad de Graciano Sánchez.

Recuerden que, bajo simulación, intención o decisión, fue quien, siendo el jefe político del estado se privó de la libertad al ahora gobernador de la entidad Ricardo Gallardo – y eso, es difícil de olvidar, por mucho que se insista en que no hay ofensa, venganzas o rencores

Toranzo y algunos exfuncionarios más, saben como se operó con Miguel Ángel Osorio Chong, con la FGR y con Hacienda para que la entonces SEIDO se instalara en San Luis Potosí para echarle el guante al Pollo. Luego sucedió lo mismo con Carreras, aunque el Güero siempre les midió el caldo a los camotes.

ENTRE SOMBRAS

Por vergüenza, dignidad y sentido de responsabilidad; si es que la tiene, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Leonel Serrato, debería dar las gracias por la oportunidad. El caso del secretario de la SEGAM, se cuece aparte.

La ola de violencia es y seguirá siendo el Talón de Aquiles de este gobierno. Fácil no la tiene con tanto malandrin, adentro y afuera.

Con la inversión anunciada, pronto llegaremos a Marte. Terrenos faltarán para que se instalen las empresas extranjeras y nacionales.

Y de pronto todos se movieron. Con declaraciones, huecas, pero ahí están.

Hasta pronto