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Del Güero se dicen muchas cosas

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jueves, abril 18, 2024

Sin grandes concentraciones, el gobernador Constitucional del Estado rindió su sexto y último informe de gobierno. Parecía un episodio demasiado lejano cuando de disfrutar o padecer el poder se trata. Juan Manuel Carreras, concluye su mandato con más pena que gloria. No solo es el fin de su mandato sino el final de una clase política llena de frustraciones sorpresas y fracasos.

De la personalidad de Juan Manuel, muchas líneas se han escrito. Que si fue un gobernador chiquito, agachón y mediocre. Que, si fue un mandatario displicente, hipócrita, falto de carácter, comodino o protector de las truculencias del pasado, eso solo el tiempo lo dirá, no pasarán muchos meses.

El Güero abandonó su responsabilidad y prácticamente abdicó cuando fue rebasado por circunstancias propias o ajenas a su voluntad. En qué momento se extravió o perdió la brújula, solo el lo sabe. Seguramente la brutal realidad le dice hoy a su almohada que su gobierno fue otro sexenio perdido. Tuvo la oportunidad de hacer mucho, pero pronto se doblegó ante los mezquinos intereses de siempre y de plano metió reversa.

Yo no la comparto del todo, pero la mejor descripción hecha de la personalidad de Juan Manuel Carreras, la hizo el ahora diputado federal Alejandro ´´Jano´´ Segovia, cuando desde la tribuna del Congreso del Estado le dijo que era un gobernador al que ´´le faltaban huevos´´. El legislador se refería al tema de la inseguridad que padecemos los potosinos, aunque tal vez se quedo corto ante el impacto brutal que está ocasionando hoy la pandemia del Coronavirus.

Juan Manuel incurrió en varios y graves errores políticos. El primero fue en esforzarse débil, echarse en brazos de la Cuarta Transformación y decidir no mover una hoja del árbol sin antes ´´algo, lo que fuere´´ no era con la bendición del centro. ´´Fue algo así como ponerse en manos del Creador, solo que al Señor se le ocurrió abrir los brazos y el gobernador se desplomó irremediablemente al precipicio´´.

El segundo error, fue haberle jugado al vivo en el proceso de sucesión gubernamental apostando a varias cartas, entre ellas a Xavier Nava, luego a Octavio Pedroza y finalmente a Mónica Rangel. Al PRI lo utilizó para su propósito de sobrevivencia, pero terminó aniquilándolo, enterrándolo.

Para Juan Manuel, el 9 de junio representó su peor pesadilla cuando el ex director del IPYCIT, José Luis Morán, le confirmo con datos y mediciones científicas que el triunfo de Ricardo Gallardo Cardona era contundente e irreversible. ´´No por nada El Güero aguantó vara y se tragó completitas las palabras de Ricardo Gallardo Juárez cuando habló en Plaza Fundadores´´

Si nos preguntamos qué legado deja Juan Manuel Carreras, podríamos afirmar que ninguno, salvo el desorden, el desastre financiero y administrativo de su gobierno. No hay una sola obra importante de la que pueda presumir o por la que habría de sentirse satisfecho y recordársele.

El o sus mastines podrán presumir que existe estabilidad social, de que hubo inversiones sin precedentes y hasta comparables con otros sexenios, sin embargo, todos sabemos que la gente que invierte y llega a San Luis Potosí, no es porque se le brinden facilidades sino porque es el paraíso de la impunidad fiscal y de la mano de obra barata que aportan con benevolencia las centrales obreras.

En materia de desarrollo social, ya otros lo han dicho y documentado. San Luis Potosí es en pleno siglo XXI un estado pobre y con amplios sectores en miseria extrema, con carencias sociales vergonzantes y con rezagos históricos injustificables. La movilidad y las vías de comunicación persisten fatales. La mayor parte del presupuesto lo destinó a la prevalencia y al aumento de una burocracia dorada que se benefició del erario.

En materia de seguridad, yo no sé si el Güero se prestó o recibió beneficios del crimen organizado, de la delincuencia de cuello blanco o de los traficantes de influencias, mucho se dice de aportaciones y de espacios físicos envidiables, pero la realidad nos demuestra que poco o nada hizo por frenar la criminalidad, principal reclamo de la sociedad potosina.

Si Juan Manuel fue rehén de grupos conservadores o de poderes fácticos, eso todo mundo lo vio. Siempre se mostró débil y dubitativo en sus decisiones políticas en momentos de crisis y en la asignación de la poca obra pública que se hizo para pagar favores y beneficiar a quienes financiaron su campaña, ni modo que no.

En este y otros sexenios otros fueron los ganones. Son todos esos que hoy mantienen una línea de critica o que se desgajan la cintura por presentarse sin calidad moral alguna ante el nuevo gobernador Ricardo Gallardo para seguir mamando del presupuesto público, ya sea con obras, con ventas, con proveedurías concertadas o con la asignación de contratos millonarios que no están dispuestos, por nada del mundo, dejar pasar.

Hasta pronto

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