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De JM Carreras depende la calma

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martes, abril 16, 2024

Si ya el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, declaró y reconoció como vencedores de las elecciones del 6 de junio a los partidos Verde Ecologista y del Trabajo, considerando a San Luis Potosí entre los estados que ganó MORENA, porque sencillamente el Verde es su aliado, creo que el resultado final que arrojo el PREP, es total y absolutamente irreversible.

Al margen de las falsas informaciones manejadas desde este martes en redes sociales, en las que claramente se alteraron los porcentajes para crear confusión, es incuestionable que Ricardo El Pollo Gallardo, obtuvo al cierre oficial del conteo el 36.14 % de los votos, contra el 32.65 % que logro Octavio Pedroza, lo que significa una diferencia del 3.49 % porcentaje que representan 28,121 votos de ventaja con los que hasta hoy El Pollo gana la elección.

Con el 3.49 % de diferencia, un nuevo conteo de votos es legalmente imposible e improcedente porque es mayor al 1 % que establece la Ley Estatal Electoral, para que este se realice, de tal manera que, generar caos y pretender confundir a la población, se convirtió en costumbre panista y precipitante central de una etapa postelectoral.

Eso no es nuevo, la frustración y la perversidad llama. Tal vez por eso sea necesario refrescar memorias e insistir en que el actual gobernador, Juan Manuel Carreras López, le ganó al PAN sin que se hiciera tanto pedernal la elección en 2015 con una diferencia del 2.5 %, es decir, con menos porcentaje con el que Ricardo Gallardo ganó la elección este domingo pasado.

En fin, la fase post electoral generalmente suele presentarse así. Sin embargo, las lecturas de la situación política son varias. Desde mi muy particular perspectiva, creo que el gobernador JM Carreras, debería valorar algunas cuestiones que por salud social y por el bien de los potosinos debieran considerarse, es decir, plantearse primeramente si le conviene a San Luis Potosí ingresar a una etapa de conflicto poselectoral.

De entrada, yo diría que no, que de ninguna manera es conveniente entrar en un problema que podría tener repercusiones impredecibles. Un conflicto post electoral estancaría nuevamente a San Luis Potosí y nos colocaría en una situación semejante como a la que vivimos en 1991 cuando los navistas, los panistas y Carlos Salinas de Gortari tumbaron a Fausto Zapata, quien seguramente vomita desde su tumba a la coalición PRI-PAN-PRD.

Quien no podría recordar que ese conflicto tuvo a nuestro estado paralizado por más casi dos décadas. Mientras que los potosinos nos peleábamos y nos rasgábamos las vestiduras defendiendo a uno u otro gobernador, estados como Querétaro, Aguascalientes, Zacatecas y Guanajuato despegaron y se pusieron muy por encima de San Luis Potosí en su crecimiento y desarrollo.

Un conflicto post electoral, por supuesto que a nadie conviene. ¿De qué o de quien depende pues de que las cosas se normalicen, se tranquilicen y se evite la confrontación? Yo creo que del gobernador. Juan Manuel Carreras tiene un doble compromiso y el primero es que tiene frente así la descomunal oportunidad de respetar y hacer respetar la voluntad popular manifestada el 6 de junio, en mucho lo reivindicaría.

El segundo compromiso, es que la impugnación que pretende hacer el PAN no debería ser ni su boleto ni su bronca. Esta visto que el actor interesado en armar la revuelta es el PAN y su candidato perdedor. No es ni el PRI, ni el PRD o el PCP. Seguro estoy también, que el sector productivo o empresarial ya le está poniendo cruces a un conflicto poselectoral, porque sabe lo que significa.

El escenario al que el PAN quiere llevar a San Luis Potosí, me lo han dicho, no es de ninguna manera el sentir de un amplísimo sector del priismo que no

quiere ni desea volver a los tiempos pasados de polarización y retroceso. Si Juan Manuel se pone las pilas, tan sencillo como pedirle a Elías Pecina y a otros actores políticos que toquen retirada y se desmarquen ya de un problema que finalmente no es ni suyo ni del PRI. ¿O sí?

Hasta pronto

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