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viernes, marzo 29, 2024

Ya lo habíamos anticipado. La alianza partidista MORENA-PVEM-PT a las acciones y programa de gobierno de la 4T, es la evidencia más contundente de que los acuerdos políticos se maduran y se cuajan en el más alto nivel. El pacto anunciado por las dirigencias nacionales de los tres partidos políticos se plantea como necesaria, abre el camino de una coalición y sienta las bases de un frente común que habrá de medirse con las fuerzas conservadoras en junio del 2021.

Solo los líderes locales del partido del presidente siguen sin entender y se resisten a la formalización de una alianza apremiante. Se olvidan que Morena no existe porque AMLO es Morena. Así debió entenderlo este viernes Alejandro Rojas Díaz Durán, defenestrado candidato a ocupar la dirigencia nacional de MORENA, quien, con chequera abierta, gozó este viernes de un amplio espacio en un noticiario radiofónico matutino para despotricar en San Luis Potosí sobre la inminente coalición.

Muy poco tiempo duró el intento mancomunado por descalificar la alianza MORENA-PVEM-PT, pues no pasaron dos horas para que Rojas Díaz Durán fuera notificado de haber sido suspendido en sus derechos políticos por la simple razón de realizar anticipadamente labor proselitista, de pactar presuntamente con élites conservadoras locales y por gastar más de lo que recibía. Con esa determinación, el camino para llegar a la dirigencia nacional de MORENA queda pavimentado para la llegada del diputado federal Mario Delgado.

De que la alianza interpartidista entre MORENA-PVEM-PT es un hecho, es real, va, y está enfilada a crear un amplio frente electoral para las próximas elecciones resulta lógica y entendible, solo quienes padecen de ceguera o sienten que el partido es de camarillas o de su patrimonio no lo observan así.

Justo por ello es que surge la angustia y la preocupación de algunos grupos de interés local y de todas esas fuerzas rancias que sienten o intuyen que muy pronto se les acabará el imperio de los privilegios, el acostumbrado reparto del poder y el tráfico de influencias.

Puesta en perspectiva esta alianza, el tablero PRI-PAN-PMC, tendrá que moverse y modificarse para hacer gala de sus combinaciones. Un pacto formal entre el tricolor, el blanquiazul y el insignificante PMC es difícil de concretar, pero no así una alianza de facto; ya lo han hecho. El gran problema para ellos estriba en quien podría representar sus intereses.

El PAN peleará por ser mano en la candidatura al gobierno del estado porque se considera primera fuerza electoral y, el PRI legítimamente la disputará porque es gobierno; finalmente el pastel es apetecible y el reparto de candidaturas a diputados federales, locales y presidentes municipales es grande.

En un escenario así, los más indicados y competitivos para enfrentar al candidato de Morena, son el ex senador Octavio Pedroza Gaitán por el PAN y el actual Secretario de Educación, Joel Ramírez Díaz por el PRI, no hay más. El resto le anda apuntando a la luna para por lo menos pegar en el cerro, ser parte del juego y tratar de instalarse en las Cámaras.

Para la coalición MORENA-PVEM-PT la situación es menos complicada y, aunque muchos sueñan en ser los abanderados de la coalición, el candidato al gobierno del estado será quien el presidente López Obrador decida.

Por su mente solo cruzan tres nombres: Esteban Moctezuma Barragán, actual titular de la SEP que ya dijo no; el magistrado Juan Ramiro Robledo Ruiz que podría tener el apoyo del gobernador y, el diputado federal José Ricardo Gallardo Cardona que, – visto está, – les causa urticaria a algunos pero que ha trabajado, ha establecido acuerdos, tiene estructura social y de partido y demuestra ser el único que trae sus canicas bien seguras en la bolsa.

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