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La siguiente prole de ricos

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jueves, abril 25, 2024

Por Fernando Díaz de León Cardona

Con la corrupción y la impunidad instalada y en su apogeo, algunas generaciones de ricos se mantuvieron y continuaron creciendo y acumulando riqueza. A la postre, surgieron figuras que se han caracterizado por su enorme habilidad de convertirse en magos del influyentismo, pues lo mismo incursionaron en el ejercicio de la política tanto más fue su esfuerzo en agrandar su fortuna.

A nuestra pregunta expresa de: ¿Como es que se han logrado construir tan grandes fortunas en tan pocas familias? Nuestras fuentes señalaron que definitivamente muchos de los negocios y la

enorme riqueza que algunos han acumulado – sin lugar a dudas ha sido lícito, son producto del esfuerzo y legítimamente válidos por transmisión de herencia, – otros no.

Según los entrevistados, existen presumiblemente fortunas mal habidas producto de la corrupción, del tráfico de influencias, de operaciones fraudulentas o de recursos de dudosa procedencia. En su opinión, “la mayoría de estas familias han sabido sacarles brillo a sus habilidades para lograr conservarse, incidir en las decisiones del gobierno y sobrevivir en el mundo de la política y los negocios.”

El sofisma neoliberal al que López Obrador se refiere en su ensayo y que dicta, “si llueve fuerte arriba gotea o salpica abajo”, encaja perfectamente en el pensamiento y principio de algunos de los actores de esas élites que llegaron a beneficiarse con la operación

financiera más fraudulenta de los últimos tiempos, el FOBAPROA a nivel nacional y con la UNICRER en San Luis Potosí y el centro del país.

Hoy se podría decir, – agregan, – que, al amparo de la complicidad y el contubernio, algunos de los nuevos dueños del dinero provienen indiscutiblemente de esa casta de alcurnia del pasado; pero también otros que en las últimas cuatro décadas han agrandado su capital y, – aunque pareciera que hoy la concentración de la riqueza es más distributiva, es obvio que solo se ha repartido y quedado entre ellos.

“Los cinturones de miseria persistentes en los sectores urbanos-marginales, en las colonias populares de la ciudad, en los municipios y en el medio rural e indígena; las condiciones de pobreza, los contrastes entre abundancia y miseria siguen intactos; la desigualdad social es desbordante y se mantiene incólume.”, expresan.

En la actualidad, las grandes fortunas en San Luis Potosí las concentran hoy por hoy las familias López, Medina, Rangel, Martín de Alba, Del Valle, Muñiz Werge, Zendejas, Mahabub, Cerrillo, Chowell, Stevens, García Navarro, De los Santos, Dip, Abud, Sarquis, Payan, Esper, Valladares, Torres Corzo, Lorca, Gutiérrez, Medina,

Hervert, Sánchez, Lara, Cerrillo y Urbiola, entre otros caciques regionales menos importantes o de poca monta de poca monta.

Todas estas familias han jugado un papel importante en el desarrollo del estado y en la modernidad de la capital potosina, – eso nadie lo puede negar. Empero, su esencia histórica los coloca en la concepción neoliberal y conservadora y, – su inmensa mayoría, en tiempos de elecciones federales,

estatales o municipales, juegan con la derecha, con el centro o con la izquierda.

“Estos grupos dominantes han mostrado con el paso del tiempo, comportamientos distintos. Su formación y participación en el terreno político e ideológico ha sido muy heterogéneo, porque lo mismo le han invertido y apostado a candidatos del PRI que del PAN, al PRD o a otros, dependiendo de las circunstancias, de sus intereses específicos, de sus planes particulares o de grupo y de sus proyectos de inversión instalados o en puerta”.

“El sector más visible en este juego de intereses indiscutiblemente ha sido el inmobiliario y el de la construcción. Ellos no pierden, de hecho, nunca han perdido. El tráfico de influencias se les da de manera natural. Desarrolladores y Constructores han empleado el poder del dinero y de la manipulación mediática para ejercer control sobre nuestros gobernantes y la comunidad.

“En medio de la Cuarta Transformación, – aseguran, – los temores de los potosinos que son ricos son fundados y son reales; y es que ahora se toparon con un presidente de la República muy cabrón que conduce con determinación un cambio verdadero y que está resuelto a arrinconarlos y a separar el poder político del económico.”

Pese al escenario de crisis e incertidumbre ante la nueva normalidad provocada por la pandemia, la mayor parte estas familias, – deben reconocerlo, no han tenido ni tendrán que enfrentar la magnitud del impacto que generó la caída de la economía, – en buena parte, – son dueños de empresas o corporativos “con actividad esencial” que la epidemia no castigó tanto como al sector informal o a los pequeños y medianos empresarios que sí pararon su actividad laboral y que son quienes representan el mayor porcentaje la planta laboral.

“Algunas de estas familias, inmersas en el esquema de las actividades esenciales lo mismo tienen el monopolio de la industria de la medicina y los hospitales privados que de medios de comunicación impresos, radio, televisión y portales en internet. Informativos que fueron concebidos, – nos dicen, – no para ejercer un periodismo objetivo y responsable, sino para usarlos como instrumentos de poder para alcanzar espacios en el ámbito político y facilitar la gestión y permanencia de sus negocios”, refieren.

“Además del negocio de la construcción; venta de maquinaria agrícola, hoteles, arrendamiento de vehículos, empresas de seguridad privada, gasolineras, concesiones de taxi, transporte de carga; el vasto negocio restaurantero de su propiedad no suspendió del todo tras innovar nuevas formas de suministro de productos y alimentos a sus clientes, lo que evidentemente les permitió no dejar de tener ingresos durante los 70 días del confinamiento social.

A otras familias ricas, – agregan, – tampoco les ha ido tan mal y no se pueden quejar, aunque es su costumbre hacerlo. La asignación directa de contratos para la compra o renta de vehículos, adquisición de equipos e insumos y la adjudicación de obras en proceso o por comenzar sin licitar o concursar, ha sido uno de los principales actos de corrupción y una de las fechorías más grandes cometidas por las autoridades locales durante la cuarentena.

Otras empresas, de giros diversos, obviamente se beneficiaron ante la complacencia, la simulación y el contubernio de líderes, organizaciones y centrales obreras que ejercen el control sindical en el estado, ya que dejaron de pagar sueldos y prestaciones, despidieron y dieron de baja a cientos de trabajadores ante el IMSS y eludieron sus responsabilidades laborales con sus empleados.

La existencia de contratos de trabajo ventajosos, leoninos o engañosos elaborados por tiempo determinado y previamente formulados días antes del decreto de inmovilidad que se derivó de la pandemia, les facilitó evadir el pago de sueldos íntegros y el reparto de utilidades, así como otras prestaciones. En muchos casos, las cuotas obrero patronales simplemente dejaron de fluir.

Por otro lado, ninguno de los negocios de las familias ricas, ha tenido en teoría, durante la epidemia, problemas con el Sistema de Administración Tributaria SAT, y si los tuvo o los tiene, en todo caso sería por incurrir en evasión fiscal, por dejar de pagar regularmente lo que deben enterar a Hacienda o por recurrir a maniobras fraudulentas con la compra de facturas chuecas.

Los Otros Nuevos Ricos

En todo su conjunto, evidentemente que los apellidos antes citados no son los únicos ricos o los más pesados; los hay quienes durante años y sin formar parte o tener el pedigrí de aceptación dentro del exclusivo círculo de los grupos económicos dominantes, incursionaron en la política, en el medio universitario, en la política sindical, en el ámbito partidista, en los medios de comunicación, en la tarea legislativa y en la función pública para amasar esa riqueza que vino a resolverles su problema económico por generaciones y por los siglos de los siglos.

Entre ellos, de las familias mencionadas y sus descendientes, se encuentran algunos ex gobernadores, ex senadores de la república, ex diputados federales y locales, ex presidentes municipales, ex delegados federales, ex jefes policiacos, viejos y nuevos magistrados, jueces, notarios públicos, directores de medios, dirigentes obreros, líderes sectoriales y ex dirigentes de institutos políticos, principalmente del PRI el PAN y de otros partidos locales convertidos en negocio de familia.

Evidentemente que durante gobiernos como el de Fernando Silva Nieto, de Marcelo de los Santos, de Fernando Toranzo Fernández, y en el de Juan Manuel Carreras López, muchos de los dueños del dinero se han consolidado y habrían surgido nuevos ricos. Sobre esto, ya otros medios se han encargado de consignar hechos escandalosos como la compra venta de terrenos en la Sierra de Alvares y la abusiva compra de predios comunales o ejidales en San Juan de Guadalupe, en la Sierra de San Miguelito y en Mexquitic.

De tres de los anteriores gobernadores, mucho se ha insistido en quienes fueron y han sido los beneficiarios. Para nadie es desconocido que esposas, hermanos, primos, sobrinos, parejas sentimentales, retoños, cuñados incómodos, compañeros de generación, juniors, mirreyes y otros, de pronto se convirtieron en contratistas y proveedores favoritos del gobierno del estado, sobre todo en el negocio de la obra pública estatal, los servicios públicos, municipales, los desarrollos habitacionales, la comercialización del agua y los dividendos que dejan los programas sociales.

El presidente López Obrador, ha señalado que la crisis económica profunda de México y en particular en gran parte de sus entidades federativas y municipios, se originó no solo por el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en los últimos años, sino también por el predominio de la más inmunda corrupción pública y privada.

Hay quienes han dicho, que nada ha causado más daño que la deshonestidad de los gobernantes y toda esa pequeña minoría conservadora enquistada e identificada coyunturalmente en el PRI y el PAN que históricamente ha lucrado y traficado con

instituciones y en los partidos políticos para obtener privilegios y beneficiarse del dinero público que es del pueblo.

Son esas élites del poder político y económico quienes sin pudor y sin autoridad moral alguna se desgajan hoy la cintura en medio de las circunstancias políticas para continuar incidiendo en las decisiones de gobernadores, de diputados y presidentes municipales a los que han mantenido secuestrados o sumidos en la incondicionalidad, – simplemente porque son parte de ese juego de intereses en donde si “todos ponen y todos ganan”.

El tiempo es implacable

Legalmente el proceso electoral 2021 en el que habrá de elegirse por mayoría a un nuevo gobernador, a senadores de la república, diputados federales, locales y presidentes municipales ya comenzó. La agenda formal la tienen los organismos electorales y los partidos políticos, – sin embargo, toda esa minoría en proceso de decadencia y que hoy todavía concentra la riqueza en San Luis Potosí, ya se apresta a meterle e invertirle al partido o con al candidato a gobernador y presidente municipal que consideran podría velar y entrarle a su juego de intereses.

Ya se dijo, ellos no pierden, solo que esta vez tienen todo en contra y a un adversario real al que no podrán ningunear, subestimar ni engañar, – es decir, al presidente de la República. López Obrador tiene en su cajón y para cuando la oportunidad lo requiera, la información necesaria para tomar decisiones en San Luis Potosí.

Mientras tanto y, ya muy cercanas las elecciones del 2021; las encuestas que revelan niveles de conocimiento y preferencias de posibles candidatos, son recurrentes, benevolentes algunas y lapidarias otras. Cada quien las interpreta y las asume como vienen.

Sesgadas unas y otras bien pagadas para divulgarlas como traje a la medida de quien las manda hacer, esas mediciones han sido utilizadas para establecer hipótesis o para sugerir de manera perversa, tendenciosa e interesada la necesidad de una alianza PRI-PAN como el último recurso para conservarse y reproducir sus condiciones de existencia.

Lo hacen, porque desde su óptica, la única opción y alternativa para enfrentar al candidato del presidente López Obrador, es echarle montón. ¡Total! dinero fácil, oficial y privado habrá de sobra para embarcarse en semejante aventura, ya se verá.

Mientras tanto, – hoy por hoy, todo discurso, acción colectiva o individual, todo gesto de solidaridad, movimiento o aparición en el mundillo mediático, tiene un fin; tiene un objetivo e interés político para quienes aspiran a contender por la gubernatura del estado.

Las familias potentadas de abolengo y toda esa generación de nuevos ricos, ya se perfilan, buscan motivar y colocar reflectores en personajes afines para que cualquier partido, menos MORENA, los abandere en el 2021, y si es en alianza PRI-PAN mejor.

Salvo una o dos excepciones de los posibles del PRI, todas estas figuras podrían representar, – sin problema alguno, los intereses de los grupos conservadores dominantes enquistados en el PAN y En el tricolor. Finalmente son los mismos pues, – demostrado está, que son más las diferencias que los unen que las semejanzas que los separan.

En la aventura política que se aproxima, saben que solos no podrán enfrentar al candidato del presidente de la República, por sí solos no les alcanza. Requieren de alianzas con otras fuerzas políticas para estar medianamente en condiciones de competir.

Una alianza PRI-PAN de facto o bajo la mesa es probable, ya lo han experimentado. En 2015 y en 2018 lo hicieron, solo que esta vez alentar un proyecto así podría significar el inició de un séptimo año tormentoso para el gobernador Juan Manuel Carreras, sencillamente porque en el centro no se están chupando el dedo. En fin, ya lo veremos en escasos seis u ocho meses más.

 

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