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¿Es el gobernador el hombre más enterado?

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viernes, marzo 29, 2024

La persecución y muestras claras de linchamiento mediático del que es objeto la familia Gallardo parecen no tener límite. La realidad es que no solo estamos presenciando  una lucha política que se ha enrarecido y prostituido sino que se observa agresiva, despiadada y con intentos serios de utilizar de manera facciosa a las instituciones de justicia para neutralizar y tratar de destruir al adversario político.

 

Ante las evidencias no hay argumentos. Desde la llegada de Ricardo Gallardo Juárez a la Presidencia Municipal, es un hecho real e inocultable una pretensión política enfermiza que ha buscado afanosamente y por todos los medios debilitar y desprestigiar a un gobierno que se ha dedicado a trabajar, a un gobierno que incomoda y enfada a todos esos grupos de interés, de poder y de presión que antes gozaron de los privilegios en los gobiernos del PRI y el PAN.

 

Son esos grupos, que inspirados y envueltos en toda una red de inducción, complicidad y complacencia gubernamental son quienes no cejan en su intento de debilitar al gobierno de la capital, pues demostrado está como es de donde algunos de esos grupos han recibido financiamiento, indicaciones o despliegue de estrategias para golpear y evidenciar a un gobierno local que ha mostrado un estilo distinto de hacer las cosas.

 

Pero al margen de la insistencia y malquerencia que manifiestan  esos grupos hacia el gobierno de Gallardo, es momento de preguntarse: Bueno….y de todo esto ¿Está enterado el gobernador Juan Manuel Carreras? Sin más análisis se podría afirmar que sí, porque suponemos que el hombre más y mejor informado debiera en teoría ser el gobernador del estado y, si no sabe que lo que está pasando en San Luis Potosí, pues que grave y que desafortunado.

 

La otra pregunta es: ¿Sabrá el gobernador del estado de los riesgos políticos que se podrían generar si no cesa la persecución o no frena esos intentos de desestabilización política y social? Tal vez no. A lo mejor no lo ha medido y no imagina que San Luis Potosí podría ingresar a episodios de ingobernabilidad, violencia e inestabilidad. Probablemente Juan Manuel ya olvidó que menos de 200 mujeres con cacerola en mano sacaron de palacio en 1991 a Fausto Zapata.

 

Si como dicen los distinguidos priistas, “que al güero le aterra” el solo pensar en entregar el poder en el 2021, debemos entonces suponer que a todos esos grupos que son alentados desde las entrañas mismas del poder público, no solo les estremece, les revuelve el intestino o les despierta los demonios, sino que les produce un pavor terrible porque dejarán de gozar o tener prebendas y privilegios que siempre tuvieron en los gobiernos del pasado.

 

¿Qué en verdad el gobernador del estado no sabe o ignora que algunos integrantes de las familias Nava,  Mahabub y otras familias que hoy aparecen en páginas o revistas de sociales hicieron inmensas fortunas, aprovechando la relación, las coyunturas o los cargos públicos y de representación popular para incrustarse en las decisiones del poder y con ello ingresar impunemente al tráfico de  influencias y ganancias mal habidas? Si lo sabe, entonces el gobernador es un simulador y si lo ignora, que grave.

 

¿Qué puede suceder o que podemos esperar si el mandatario no se resuelve a intervenir y frenar esos escenarios de persecución y linchamiento mediático? Muy sencillo, se echará al pueblo encima y se producirá un clima de confrontación político-electoral que no le conviene a él, no conviene a los candidatos presidenciales y mucho menos a San Luis Potosí; excepto que Carreras esté dispuesto a regresar a las reyertas que provocaron el estancamiento y el atraso del estado potosino por más de 20 años.

 

Si Carreras no se toma el tiempo de contener a los brazos ejecutores que se esfuerzan demasiado en generar un conflicto, deberá comprender que el centro no estará dispuesto a romper acuerdos con fuerzas políticas que han mostrado disposición de transitar en paz y en orden en un proceso electoral en donde las mayorías mandan, no esos grupúsculos que están actuando como mercenarios para beneficiar a otros o seguirse beneficiando ellos.

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