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EL SUECO

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viernes, marzo 29, 2024

El Sueco es una población de Chihuahua que se encuentra en las inmediaciones de la capital y Villahumada, por la carretera a Ciudad Juárez.

Concretamente a 155 kilómetros de la capital chihuahuense.

Pero no hablaré de este diminuto pueblo donde puedes comerte un burrito y beberte una cerveza para seguir tu camino.

Sino porque luego de haberse decretado el fin de la contingencia virulenta en México, y la reapertura de la producción económica, ya me andan poniendo el mote de El Sueco, porque nunca creí en el mito de la PANDEMIA.

Aclaro que pienso que el virus existe y mata. Pero se le ha manoseado tanto, hasta el grado de la manipulación global, que despierta mi suspicacia.

Viene a cuento lo de «El Sueco», porque recordarán ustedes que los suecos desestimaron la sana distancia, lo dijo Johan Giesecke, máximo epidemiólogo sueco: “El coronavirus se propaga como un incendio y no importa lo que uno haga, todos se van a contagiar”.

Así que recomendó que todo el pueblo sueco se contagiara y confiara en la capacidad inmunológica personal, para fortalecer los leucocitos y robustecer la mitocondria.

Hace unos días el subsecretario López-Gatell, explicaba ante las cámaras de televisión, en qué consistía el contagio del rebaño.

El coronavirus, al tratarse de una enfermedad que se transmite entre humanos, que pueden presentar distintos síntomas, problemáticas e incluso resistencia al virus, entonces se puede hablar de inmunidad colectiva y esto se convierte en una protección involuntaria.

«Algunas estimaciones hablan que necesitaríamos del 70% de personas inmunes en cualquier población; México y otros países, para que el efecto de inmunidad de rebaño agote la pandemia», dijo.

Esto sinceramente no va a ocurrir en 15 días, y mucho menos, con el desastre que se cargan las autoridades sanitarias mexicanas.

En otros países se habla de encuestas serológicas para conocer el número de inmunes al Covid-19.

«Cuando decimos encuesta serológico, implica una entrevista de síntomas, toma de sangre, se extrae el suero y ahí se hacen estudios para identificar los anticuerpos. Hay dos clases relevantes: IGM (fase aguda, aumenta a pocos días de la infección y son de poca duración. 4-6 meses) y los IGG, que son los que permanecen».

Aquí en México vamos apenas en la fase de definición de ¿Qué es un virus?

Ni siquiera podemos clasificar correctamente las causas de muerte en los hospitales, y con tal de engordar las cifras para que la OMS pueda justificar su PANDEMIA FAKE, le colgamos al coronavirus todas las bajas desde febrero a la fecha.

Lo que sí es cierto, es que luego de un encierro de 60 días improductivos. El trastorno económico y social ha detonado un valemadrismo colectivo, que le tiene ya sin cuidado a la gente, contagiar o ser contagiado.

Están conscientes que los más fuertes y sanos pasarán a la era post covidiana y corren el riesgo de enfermarse, o hasta morirse. Es lo que vulgarmente llamamos… «El valor mexicano». Sin miedo a la muerte.

En estas observaciones, todo parece indicar que veremos un match de resistencia entre dos pueblos, ¡nunca antes visto!

Por un lado, los suecos, parientes de los vikingos, raza de fortachones, bien tragadotes. Que se quieren contagiar para vencer juntos al coronavirus. Exportadores de productos para la salud; antioxidantes, el Omega 3, la astaxatina y otros.

Y en la esquina contraria, los mexicanos, no menos fuertes, pero sí desnutridos, que confiamos en la dieta de tortillas, frijoles y chile.

Y como complementos alimenticios, tequila, sotol, mezcal y pulque.

Raza de bronce, que no tiene de otra más que salir a buscar la papa ‘como Dios le da a entender’ (diría mi abuelita).

¿Cuántas bajas más tendremos en este arranque de la nueva normalidad? ¿Se aplanará la curva?

Mientras vemos cómo se desenrolla este culebrón de miedo, voy por mis palomitas.

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