15.8 C
San Luis Potosí

Al toro por los cuernos o nos jodimos

Entérate

Últimas Noticias

jueves, marzo 28, 2024

Sobre la magnitud e impacto brutal que está teniendo en el mundo y en nuestro país la inédita y rápida propagación del Coronavirus; todos los días, todos los medios y en las redes sociales se informa de sus consecuencias y efectos devastadores, a grado tal, que resulta arriesgado y temerario mostrarse sobrados en el establecimiento de juicios o aseveraciones que pudieran carecer de sustento.

Al 23 de marzo, en los 5 continentes se tuvo un registro de poco más de 331 mil casos de COVID19, concentrados estos mayormente en China, Italia España y Estados Unidos de Norteamérica. En México, a diferencia de otros países que muestran un constante aumento y una mayor velocidad del contagio, la cifra fue de 367 casos, de los cuales 16 corresponden a San Luis Potosí.

Los estados de Jalisco y Nuevo León, documentaron este lunes un incremento sostenido en razón de su situación demográfica vinculada a su densidad poblacional, sin embargo, pronto, según las proyecciones, tanto en el Estado de México como en la CDMEX los contagios crecerán exponencialmente a causa de su alta concentración y flujos migratorios internos.

Vayamos al grano. México al día de hoy no ha ingresado todavía a un escenario de verdadera crisis en salud pública o de franca inestabilidad en materia económica provocada por el COVID19, pero lo cierto es que estamos a un paso, para allá vamos y muy pronto, más rápido de lo que pudiéramos imaginar.

La interrogante que los mexicanos nos planteamos es: ¿Realmente estamos preparados como país para hacerle frente a una contingencia de magnitud inevitable y prolongada? No, definitivamente no, tampoco en San Luis estamos listos para contener una emergencia de esa naturaleza.

En condiciones normales, seamos honestos, los sistemas de salud no han sido suficientes ni capaces de brindar una oportuna atención, se hacen esfuerzos, es cierto pero las instituciones hace tiempo se enfermaron, se debilitaron, se corrompieron y fueron rebasadas.

La infraestructura hospitalaria, la plantilla de médicos y enfermeras, los insumos y medicamentos para los derechohabientes siguen siendo la precipitante central de un sector que no previó décadas atrás el inminente crecimiento poblacional y con ello aparejada una mayor demanda de servicios de salud, entre otras necesidades.

Si a esto le agregamos la abulia y el desdén presidencial a un problema de salud que ya comenzó a hacer crisis en el sector de la economía, en todos sus niveles, entonces debemos apostar a que Dios nos agarre confesados porque el grave problema que pronto enfrentaremos, o se resuelve con decisiones de Estado, con inteligencia y con la participación de todos los mexicanos o, simplemente la pagaremos con tierra, no hay de otra.

Si el presidente Andrés Manuel López Obrador se aferra y se resiste a creer que esto va en serio, o que el daño a millones de familias será real, demoledor e irreversible; si el mandatario no asume una posición de estadista y no agarra su papel para enfrentar el problema, tal como lo están haciendo otros mandatarios del mundo, específicamente en América Latina, ya nos jodimos

Si el presidente de la República insiste en burlar la acción de las medidas de prevención y continúa enviando señales equivocadas, – o bien, – si cree que los santitos, las estampitas o los fetiches que mostró en la mañanera salvarán a México, pues entonces doblemente nos jodimos.

Andrés Manuel López Obrador no podrá reducir el problema a conceptos de honestidad y corrupción, no podrá culpar a los neoliberales o a los conservadores de la devastación que está cerca, tampoco podrá sostener que las críticas por su indiferencia sea una expresión de la derecha o de la prensa chayotera, no señor, será de la más estricta responsabilidad del presidente de la República lo que suceda en este país.

Propuestas para enfrentar la crisis de salud y la económica existen; algunas son prudentes, realizables, válidas y legítimas, otras son oportunistas y coyunturales, pero ahí están. El que las escuche, las atienda, las considere o las tome en cuenta no debe el presidente entenderlo como un acto de debilidad, sino como un acto de prudencia política y de una concepción humanitaria como la que tanto pregona.

No aceptar su condición de jefe de Estado y no actuar en tiempo ante la crisis y sus inminentes daños colaterales evidentemente que colocará al jefe real de MORENA al borde del precipicio y la factura le será puntualmente cobrada en las elecciones del próximo año. AMLO no tiene de otra, o agarra el toro por los cuernos, o a este país se lo lleva la chingada, así de sencillo.

deleoncardona@hotmail.com

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
%d bloggers like this: