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No solo es una crisis política, es un problema de ingobernabilidad

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viernes, abril 19, 2024

Algunas de las posturas que por consigna, por sistema y a ultranza han defendido y justificado hábilmente las aberrantes y torpes acciones del gobierno encabezado por Francisco Xavier Nava Palacios, admiten que ante la tormenta que azota al Ayuntamiento, “se trata de una crisis política en la que el gobierno navista no está mostrando la habilidad para neutralizar a sus adversarios”.

Y pues sí, tienen toda la razón, aunque habría que situar en su exacta dimensión lo que está ocurriendo, porque no solamente se trata de una crisis política, sino que virtualmente estamos en presencia de un escenario más complejo que ha conllevado a la ingobernabilidad en donde el Congreso del Estado debe tomar decisiones para disolver el Cabildo y dar paso a un Concejo Municipal que esté representado por ciudadanos y las principales fuerzas políticas.

Los acontecimientos que se generaron tras la arbitraria intervención de la autoridad municipal con la ilegal detención y el ultraje de que fue objeto la ex Oficial del Registro Civil, María Teresa Carrizales; y posteriormente el uso de golpeadores, porros, gorilas y mercenarios, como quiera usted llamarlos, para reventar la sesión del Cabildo el lunes 15 de julio, donde se protestaba contra la sinrazón, son solo dos de los detonantes de la inconformidad y la irritación social, pero hay mucho más.

El gobierno de Xavier Nava perdió en muy poco tiempo su credibilidad, la violación sistemática a los derechos humanos de ciudadanos y etnias representativas, el abusivo sistema recaudatorio, el insultante aumento a sueldos de funcionarios, el nepotismo que ha ido en aumento, el manejo grosero e indebido de los recursos públicos, el favoritismo en las asignaciones y las compras, el manejo arbitrario en el uso del suelo para favorecer a los financiadores de su campaña con imagen o dinero,- vaya usted a saber-, son innegables y, son entre otros temas, algunos de los principales factores que contribuyeron a la inconformidad

En solo 10 meses el gobierno navista ha dado muestras de su brutal represión, de su cinismo e incompetencia para gobernar, de su inaudita torpeza para conducir los destinos de la ciudad, de su indolencia y de su intolerancia a la crítica. No existe en la capital potosina obra pública relevante, la ciudad está destrozada, la inseguridad aumenta y la zona metropolitana está sumida en el más completo abandono en sus servicios públicos más elementales.

Con todo y esto, todólogos oficiosos como el Notario, Eduardo Martínez Benavente, se prestan a burdas estrategias mediáticas impulsadas y pagadas desde una mediocre oficina de comunicación social para intentar sacar de la cancha al Alcalde Xavier Nava y a su Secretario General Sebastián Pérez García, buscando blindarlos, dejar solo, con el balón bien tronado y pedir la cabeza del jefe de la policía municipal, Edgar Jiménez Arcadia. ¡Vaya inteligencia política!

No hace mucho, en este mismo espacio, afirmamos que las acciones del gobierno navista tendrían un elevado costo político, pues ahí lo tienen. Este “buen muchacho” pensó tal vez que podría gobernar solito, caminar por la libre, y sin tomar en cuenta que el único y literalmente perjudicado seria el partido político que lo postulo a la presidencia municipal, el PAN, en donde sus principales cuadros y liderazgos están resueltos a no dar marcha atrás en su exigencia de sancionar a los responsables de un mal gobierno municipal que hoy por hoy ya no suena fuerte, sino completamente bofo. Hasta pronto.

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