Pareciera prematuro, pero a diferencia de uno de los Fernandos que gobernaron la entidad, Juan Manuel Carreras López comienza ya a preparar su sucesión, y, por lo que se infiere o se interpreta en las señales que con sus actos promueve y envía, los más probable es que su inclinación, afectos y proyecto personal de nominación no está entre alguno de los más visibles aspirantes por el PRI.
Juan Manuel hará sentir y dejará creer que tiene a uno o dos alfiles priistas preferidos para que le sucedan, pero esto no será real. El gobernador sabe de antemano que en un par de años más, el PRI nada tiene que hacer ni con quien competir. Calculador como lo es, Carreras sabe desde ahora que la gubernatura se disputará entre el PAN y MORENA y si las cosas le funcionan, con la ayuda de otros, hará lo posible por crear una amalgama de ambos para imponer, para despedirse tranquilo de la política y dedicarse a la administración de sus bienes y de la docencia en su Universidad.
Sin un presidente de la República priista, sin un Comité Ejecutivo Nacional del PRI fuerte y sólido; incapaz de recuperarse, influir o dictar línea tras la vergonzosa derrota del primero de julio, es de advertirse que a dos años del proceso electoral, Juan Manuel Carreras empieza a tocar la retirada y busca en su meta, la única que tiene, no hay otra,- salir bien librado; tejer alianzas y acuerdos con el panismo nacional y local, y si la liga estira, cerrar la pinza con MORENA aunque al PRI se lo lleve el diablo.
Lo que tal vez no ha medido el gobernador, es que hay presidente de la República para rato. No ha reparado quizá, que el bono democrático y popular que construyó Andrés Manuel López Obrador fue para por lo menos dos sexenios y que difícilmente podrán engañar a un proyecto de gobierno donde gargantones como el presidenciable Marcelo Ebrard, entre otros, están atentos a lo que sucede en las entidades federativas.
Aquí, ni los Gabinos, ni los Leoneles ni los Nava, podrán sorprender, convencer o engañar a un petate muy miao como lo es el actual mandatario nacional. El presidente López Obrador sabe que su bono de popularidad va para largo, y si se le ocurre que “El Mijis” sea el candidato de MORENA para la gubernatura en 2021, lo montará en la contienda, sabedor que abonará votos y simpatías para la causa nacional, triste verlo así pero puede ser realidad.
El Güero Carreras, sabe que en este momento juega con fuego. A diferencia de otros gobernadores, como Enrique Alfaro Ramírez, de Jalisco, que recientemente pintó su raya con la federación en un discurso puntual y sin desperdicio alguno, el de San Luis Potosí se ha mostrado sumiso y dispuesto a aceptar todo lo que el centro diga ordene y sugiera, así sea a costa de vulnerar la soberanía del estado y sus municipios.
Aquel Juan Manuel Carreras que en campaña posicionó un discurso federalista de avanzada, ahora ni su sombra queda. Hoy el gobernador del estado anda más preocupado en convencer a los legisladores y “hacer su voluntad en el palacio como en el Congreso” para favorecer todas las iniciativas impulsadas por el Alcalde Xavier Nava Palacios, no importa que el pueblo se joda con los aumentos al agua y otros servicios municipales que se aprobarán irresponsablemente este próximo viernes 15 de diciembre.
Fernando Díaz de León Cardona
