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martes, abril 23, 2024

“No debe saberse que Gobernación existe, solo sentirse”

                                                                Jesús Reyes Heroles

El presidente Andrés Manuel López Obrador ya ordeno abrir “La Caja de Pandora”. Finalmente, les cumple el deseo, no a los habitantes de un pueblo atormentado por su pasado, sino a esos grupos de interés y de presión mediática inmersos en  una sociedad que si bien es más exigente en transparentar la memoria histórica de México, poco le podría importar lo que haya sucedido antes o después de 1985”.

Los archivos de la extinta Dirección Federal de Seguridad DFS; de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales DGIPS y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional CISEN, estarán a partir de esta semana disponibles para saciar el morbo y las ansias de intereses obstinados en enrarecer más de lo que ya está el clima político y social en este país. Obvio que no todo obra en expediente y si llegó a existir, simplemente desapareció.

A ver si también ponen a disposición de los medios los archivos de la ex PGR, del Servicio Secreto o los expedientes de Inteligencia Naval y Militar, ¡total!, ya entrados en gasto. Quien no recuerda que Frentes Políticos de Excélsior y la información privilegiada de Manuel Buendía provenía del Bucareli News.

Ya lo dijo el presidente, “no habrá persecuciones”, “el Estado no puede asumir una función investigadora de las cosas buenas o malas del pasado” sino que la idea pues, sentido, propósito y fin último, es que los historiadores, investigadores y “los medios de comunicación” interesados en determinados hechos, personajes y circunstancias políticas de otros tiempos, tengan acceso a la información que según AMLO, pueblo y organizaciones de la sociedad civil pidieron se transparentara.

Si con la apertura de los archivos se violan o no los derechos humanos, si se transgrede o no la ley, o si con ello se rompe con la sentencia  aquella de que existían temas clasificados como “Secretos de Estado”, eso será harina de otro costal; por lo pronto los expedientes ahí están, disponibles y listos para hurgarlos, para hartarse y darle vuelo a la imaginación y a las interpretaciones que mejor convengan a ciertos intereses; bien para esos torvos  sujetos retorcidos o para la perversidad de algunos individuos o grupos del poder mediático que se asumen como la conciencia crítica de los ciudadanos de a pie.

En el contexto de los estados, si algún periodista, investigador, columnista o historiador, decidiera trasladarse a la Ciudad de México para conocer de los expedientes que la DFS, la DGIPS o el CISEN procesaron y acumularon en alguna o en varias épocas, seguro que igual encontrarán cosas inéditas, aunque la verdad sea dicha,- de 1985 a la fecha, poco descubrirán porque el CISEN que nació de la fusión o desaparición de esas Direcciones, se dedicó a colear a reporteros, a cubrir ruedas de prensa y a extraer notas periodísticas para sus análisis.

De la información de San Luis Potosí,- por ejemplo, encontrarán seguramente datos de la obsesión persecutoria que tenía  Guillermo Fonseca Álvarez contra líderes estudiantiles a principios de la década de los 70; del encarcelamiento de Said López de Olmos, de los asesinatos a campesinos, del agente  de gobernación, Zeferino Leyva, y del crimen pasional del ex Alcalde Juan Antonio Ledesma.

Si le buscan, podrán encontrar las más profundas y verdaderas razones de la dimisión de Florencio Salazar Martínez en 1986, de las barbaridades y excesos cometidos por el Jonguitudismo y por el Grupo Universidad; de las oscuras alianzas y fuentes de financiamiento a movimientos cívicos de la época; de las pifias de Leopoldino Ortiz Santos en sus cuatro años de replay gubernamental.

Obviamente encontrarán muchas líneas sobre las causas reales que motivaron la caída de Fausto Zapata Loredo; del provisional y generoso Gonzalo Martínez Corbala con el surgimiento de nuevos ricos; del Interinato de Teófilo Torres Corzo, de las bondades de su bolsa derecha e izquierda y de los privilegios concedidos a los amigos; de la llegada de Horacio Sánchez Unzueta y su peculiar estilo de gobernar con el navismo, pero también del apapacho y la  impunidad que tuvieron y del que gozaron líderes sociales huastecos como Primo Dothe, hoy Senador de la República por MORENA.

Obviamente que en esos informes, aparecen las horas vuelo de Fernando Silva Nieto y de su espíritu  de galante conquistador; de la hueva y la hamaca que motivó un sexenio perdido, de las negociaciones y amarres bajo la mesa para ceder al PAN la gubernatura, y, claro, encontrarán registros de cómo, cuándo y con quien, los gobernadores, los senadores, los diputados federales, los locales y algunos presidentes municipales hicieron negocios y fortunas, por grandes o pequeñas que estas fueran o sigan siendo.

Encontrarán informes de cómo se operaron los recursos en la SEDESOL y la SEDESORE para el presunto combate a la pobreza, de  temas como las estufas ecológicas y los desayunos escolares; de las atrocidades cometidas por la esposa y familiares del ex gobernador Fernando Toranzo Fernández y de su traición a Marcelo de los Santos Fraga, incluso, del presunto ocultamiento del padre pederasta Eduardo Córdova, por allá en un ranchito de Guanajuato.

De San Luis Potosí, encontraran seguramente aspectos divertidos y tal vez inverosímiles, porque entonces la información procesada no solo se circunscribía a investigar a líderes de izquierda o de derecha,  a movimientos sociales o a presuntos grupos armados, a partidos políticos, a centrales obreras, campesinas y populares, o bien, a líderes eclesiásticos, a empresarios, constructores, desarrolladores y a políticos notables que en su tiempo fueron  verdaderos “chivos en cristalería”. También a los de casa se investigaba.

Estos últimos, políticos y empresarios  hicieron en aquellos tiempos de la capital potosina un lugar atractivo para el contrabando de fayuca, o como otros, que en sus primeras incursiones comenzaron a hacer fortuna cuando se agenciaban las bicicletas robadas que recuperaba la policía, no para regresarlas a sus dueños, sino para enlistarlas en los activos de sus empresas privadas de seguridad.

Entre cerros y miles de informes, algunos podrán satisfacer su morbo sobre aquellos políticos de afiliación priista, panista o frenteciviquista que estaban coludidos en todo; padres e hijos, políticos o empresarios generacionalmente prósperos que estuvieron metidos en el negocio de las jugadas clandestinas del póker y del bacará o del rentable negocio de los palenques.

Encontrarán además las truculencias de los diputados locales que cedieron al soborno y al moche para la aprobación de iniciativas del gobernante en turno. De sus transas, trafiques y amarres para lograr la privatización de servicios públicos como el de la recolección de basura y el alumbrado público durante las administraciones priistas y panistas, principalmente.

Obvio que parte de la información apetecible, será aquella relacionada con su vida privada, sus vicios, sus debilidades y preferencias sexuales, sus negocios chuecos, sus correderos, sus amantes o sus aventuras extramaritales, sus propiedades, sus distracciones y  aficiones favoritas, claro, también sus virtudes.

Desde luego que quien busque esa información no batallará, porque a muchos de ellos,- algunos ya en la fosa,- a sus hijos, a sus nietos, hermanos, esposas o segundos frentes, hoy los vemos en las revistas y en las  principales páginas de sociales, ostentándose siempre con esa doble moral de potosinos bien nacidos, aunque su pasado los condene. Los nombres…salen sobrando, algunos por ahí andan y siguen metidos en todo. Hasta pronto.

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