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jueves, abril 18, 2024

Carta abierta

A la Senadora
Leonor Noyola Cervantes

Al Diputado federal
José Ricardo Gallardo Cardona

Conscientes de su deber con la nación y atentos a su valiosa labor legislativa
exponemos lo siguiente:

Que la propuesta realizada por los diputados federales de Morena en el sentido de desaparecer los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE´S), así como reducir hasta en 50% las asignaciones económicas a los partidos políticos es loable.

Dicha iniciativa nos motiva, nos conmueve y nos obliga a promoverla.

Desde 1957 San Luis Potosí inició una larga lucha cívica por la democracia.
La sociedad potosina decidió sacudirse el cacicazgo del ex gobernador Gonzalo N. Santos y un priismo encabezado
por Adolfo López Mateos, cuyos gobiernos eran rapases y totalitarios.

Ciudadanos como los hermanos Manuel y Salvador Nava Martínez, Salomón H. Rangel, los Benavente, los Leos Peña y otros no menos valiosos, encabezaron una lucha, no por mejoras materiales, o recursos de la federación,
sino por lograr un régimen democrático donde se respetara la decisión política del pueblo y, sobre todo, la dignidad ciudadana.

Después, en los años 1982 y 1991, el doctor Salvador Nava Martínez retomó la lucha del pueblo potosino enfocada exclusivamente en reformar el sistema político mediante elecciones autónomas y dirigidas a respetar el voto.

Es decir, el líder cívico apostó toda su lucha y una vida de sacrificios personales por reformas electorales democráticas y de gran calado.

A la muerte de Salvador Nava, en el año 1992, el priista Teófilo Torres Corzo, en su calidad de gobernador interino, intentó simular o resarcir su ilegítimo arribo al poder.
Para ello, junto con algunos miembros de la familia Nava, decidió Iniciar una ruta de cogobierno a través del PRI. Así fundó el primer organismo electoral ciudadano de la nación, actualmente llamado Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, (Ceepac).
Desgraciadamente a Salvador Nava, en su sacrificio y periplo histórico por la democracia, le fallaron y le falsificaron su intento democrático.

Hicieron lo que quisieron con ese naciente organismo electoral, lo acotaron, le restaron facultades y le impusieron funcionarios que manejan los procesos electorales a “modo” y gusto del gobernante en turno.

A 27 años de su fundación, vemos con tristeza que no sirvió para nada, excepto para favorecer a una burocracia infidente, corrupta y al gran elector, ejecutivo o legislativo que la impuso.

El CEEPAC ha sido manoseado, corrompido, ha permitido imposiciones de gobernantes que no resistieron la tentación de influir en la sucesión de los diferentes procesos electorales.

Se han formado cacicazgos y mafias internas que lo tienen anquilosado, inútil a los anhelos de la sociedad.

La constitución local, el pacto federal, le hubiesen concedido facultades de fiscalización y autonomía en la vigilancia de procesos electorales que nunca reclamó el organismo electoral, por conveniencias y sumisiónes a los poderes políticos del estado.

Los consejeros electorales son un hato de cobardes, caros e inútiles para las exigencias de un arbitraje electoral digno del pueblo potosino.

Ningún logro del movimiento cívico está vivo, menos esta carga financiera llamada CEEPAC.
Por si fuera poco, entrega enormes cantidades de dinero a los partidos políticos a la par del Instituto Nacional de Elecciones.

Desde 2009 un grupo de civilistas reagrupados en el organismo Acción Ciudadana, iniciamos una consulta pública para discutir la desaparición de los organismos locales electorales y exigir la creación de un Instituto Nacional de Elecciones.

No como la mejor fórmula para organizar elecciones, si no para quitarle a los poderes fácticos y a los gobernadores su influencia sobre los procesos electorales.

Una y otra vez el CEEPAC ha demostrado parcialidad, ineficacia y derroche de recursos públicos.
Sus consejeros siempre fueron impuestos por la clase política.

Cabe recordar a Rodolfo Jorge Aguilar Gallegos quien ha hecho de ese organismo un auténtico coto privado, un negocio particular prostituyéndolo y enajenandolo hasta los límites de la ignominia.

Y cómo no señalar a la actual y solo decorativa consejera presidenta, María del Pilar Fonseca Leal, quien fue impuesta por el grupo del ex gobernador Fernando Toranzo, en un jaloneo político por el control electoral del estado, vergonzante e inaceptable.

O al ex navista Martín Faz Mora, quien hoy se encuentra mimetizado con la simulación e inutilidad, ganando dinero malhabido. Faz es conocido por todos como un convenciero y vividor del sistema, cómplice del silencio.

Lo anterior no le sirve a la sociedad. El Ceepac solo es una carga para las finanzas de una sociedad harta de mantener a la clase política.

Al restarle facultades de fiscalización, al suplirle funciones fundamentales en su funcionamiento, no tiene caso mantenerlo activo.

Y esto lo exigimos sus precursores :
los Navistas, los civilistas, los que luchamos durante décadas por lograr arrebatarle al estado mexicano la organización de las elecciones, como máximo logro de las luchas del pueblo potosino.

Es urgente la desaparición de la duplicidad onerosa e inútil de los organismos locales electorales en el país.

Es necesario recordar el discurso en la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador cuando aseguró que se acabaron las elecciones de estado y los fraudes electorales.
Como bien sabemos, el presidente no tiene el don de la ubicuidad y en decenas de miles de casillas a lo largo y ancho del país la realidad política es otra, la manipulación y la compra de votos sigue presente en la vida política del país, es por eso que consideramos que la reforma más importante de este sexenio, es la política que propone la reducción del 50% del presupuesto público a los partidos políticos, así como la eliminación de los organismos locales electorales y el fortalecimiento de un organismo electoral nacional.

El PRI, el PAN, así como otros partidos políticos, se oponen rabiosamente a esta medida, porque quieren un árbitro a modo, quieren continuar con la injerencia local para cometer fraudes electorales, para manipular los procesos y así salir beneficiados políticamente.

La propuesta legislativa de quitarle dinero a los políticos ,es un anhelo histórico muy importante.

¡ Que mientan y mal gobiernen, pero con menos dinero!

Ese es el grito máximo de la sociedad mexicana, es el meollo del asunto de tanta rebatinga
política.

Queremos partidos políticos independientes, que también crezcan por su propio autofinanciamiento.

Claro que han preferido la subvención del estad, bajo el argumento que si no tienen dinero público, lo agarrarán del crimen organizado, sabemos que en un extremo de todos modos lo hacen.

De allí el gran crecimiento de los narcoestados mexicanos, por su alta compatibilidad entre ambos.

Más dinero y burocracias duplicadas no son la salida.
Ahora más que nunca la sociedad civil reclama austeridad, congruencia y decencia política.

En ese tenor.

El diputado federal José Ricardo Gallardo Cardona, principalmente, así como el movimiento social llamado Gallardismo, han sido víctimas de inequidad, de campañas negras que han vulnerado la voluntad popular, de una ineficiente fiscalización en los procesos electorales y de un arrebato del derecho al voto popular a base del uso de las instituciones penales, del encarcelamiento y de la manipulación del miedo público.
Así como de las elecciones de estado, tal como sucedió en el año 2015 y 2018.

Por ello, consideramos más que justo exigirles que apoyen estas propuestas federales para iniciar una ruta de reconstrucción de la democracia mexicana.
Son momentos históricos muy importantes para México.

No solo legislar lograr acuerdos en pro de la unidad de la izquierda mexicana.
Si no
promoverlas, fortalecerlas e impulsarlas, eso es estar con la patria, es acotar y regular de una vez por todas al engendro de las mafias políticas que devoran recursos y el alma democrática misma de la República.

Protestamos sólo lo necesario.

Atentamente.
Jesús Rafael Aguilar Fuentes y María del Carmen
Hernández.

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